Fundación Atabal

NO RECICLES*

LA TRAMPA DEL RECICLAJE ¿tenían razón?

En algún momento de los últimos 10 años, la ciudadanía española ha escuchado la afirmación de que el reciclaje en España no es útil en absoluto, dado que en el momento de recoger los residuos en los camiones, éstos mezclan todo el contenido importando bien poco si son azules, amarillos o verdes, ¿qué hay de cierto en esto?

Según fuentes de las empresas gestoras de residuos, sus camiones disponen de dos compartimentos separados donde los residuos permanecen así, hasta su llegada al centro de gestión. 

De acuerdo entonces, sí es efectivo. Ya no hay excusas, todo se hace correctamente mientras la ciudadanía colabore y conozca cómo clasificar. ¡Genial!, se trataba de una falsa creencia. Sin embargo… ¿de dónde sale esta incomodidad que sentimos al ver la famosa imagen de la pajita de plástico en la fosa nasal de una tortuga? si reciclar funciona… ¿Cómo es que existe una isla enteramente de plástico flotando a la deriva en el Pacífico Norte del tamaño de 3 Españas? Y entonces… ¿Por qué ha prohibido Europa la fabricación de plásticos de un solo uso? si se pueden volver a reciclar infinitamente evitando fabricar más… ¿no se ha ideado el ciclo perfecto?.

¿Quién recicla en España? (separar no es reciclar, amigas)

Aquí reside la gran pregunta del tratamiento de residuos en España, ¿quién recicla? Comenzamos por aclarar que lo que hace la ciudadanía a nivel doméstico es el paso preliminar e indispensable para comenzar el proceso, sin embargo cuando depositamos los residuos a su contenedor correspondiente estamos CLASIFICANDO no RECICLANDO.

El proceso de reciclaje implica varios subprocesos llevados a cabo en las propias plantas, diferenciamos entre: clasificación según tamaños y componentes químicos, trituración, homogeneización, lavado, centrifugado… etc. Conclusión, que aunque nos empeñemos en clasificar correctamente (qué mínimo que al menos separar nuestra basura para facilitar su reciclaje) el objetivo final no depende de nuestra labor, al menos directamente.

Sabemos que tenemos un problema pero, ¿cuál es su dimensión?

Hablemos de datos. 

Según el informe publicado por Greenpeace “Maldito plástico; Reciclar no es suficiente” y datos obtenidos de Ministerio de transición ecológica (MITECO) “España tiene bajos porcentajes de reciclaje global de todos los residuos domésticos (33%) ya que el 82,6% de estos residuos se recogen como residuos mezclados en la bolsa de la fracción resto (no se separan y se tiran todos a la misma bolsa).

Según la “Memoria Anual de Generación y Gestión de Residuos de Competencia Municipal” que publica el MITECO, en España se generaron en 2016, 21.541.841 toneladas de residuos,  de los cuales solo el 25,4% habría sido reciclado. 

Un porcentaje asombrosamente bajo si lo comparamos con las cifras engordadas que la empresa Ecoembes (SIG-Ecoembes) emite con respecto al reciclaje de la fracción de envases ligeros (todos). Ecoembes sitúa este porcentaje en más de un 77,1%.  

Por otro lado, el porcentaje que corresponde al reciclaje de envases de índole doméstico, comercial e industrial, que el MITECO emite a Europa anualmente, alcanza el 70.94%. Si sólo tenemos en cuenta los envases de plástico, la cifra se reduce al 45.46%. Según sus datos de 2016, se habrían generado un total de 1.526.347 toneladas de envases de plástico (domésticos, comerciales e industriales) de los que se habrían reciclado 693.935 toneladas, lo que supondría ese 45,46%. 

Entonces, ¿a dónde van todos esos residuos que no se reciclan? Desgraciadamente existen 3 opciones que, desde el punto de vista medioambiental y humano, cada una es peor que la anterior. VERTEDEROS, INCINERADORAS, EXPORTACIÓN.

Según datos oficiales del Ministerio de Transición Ecológica , del total de residuos generados en 2016 un 57.3% acabaron en vertederos; un 12.1% fue incinerado y un 1.5% fue exportado.  

¿A qué país estamos enterrando el plástico?

El mercado global de residuos plásticos superó los 15.000.000 de toneladas en 2016 siendo China hasta ahora el principal comprador, recibiendo el 51% del total de residuos plásticos. La Unión Europea es la principal exportadora a nivel mundial. En algunos casos, enviar residuos plásticos a otros países es más barato que reciclarlos en la Unión Europea. 

Antes era a China, ahora exportamos nuestra basura a Malasia donde los costes son más baratos y donde las garantías de tratamiento correcto de los residuos son como poco, inciertas.

La industria del reciclaje de plástico de Malasia (pero también de otros países importadores, incluida China) se ve sobrepasada por la enorme afluencia de desechos plásticos importados y no puede gestionar estos desechos de una manera sostenible y aceptable. Debe quedar claro que, para estos países importadores de basura, no hay mucha más alternativa económica. Asumen esa ingente cantidad de residuos como resultado a su situación de vulnerabilidad económica. 

Debemos preguntarnos pues… ¿Por qué es Malasia la que compra nuestra basura y no Alemania? ¿Debemos permitir que países económicamente empobrecidos asuman la gestión de nuestros residuos a costa de abaratar costes? ¿Qué certeza hay de que nuestros residuos sean bien gestionados?

El reciclaje, presentado como la solución a nuestro modelo de consumo, no es ni de lejos eficiente. Se trata de un sistema que tal y como está planteado (negocio económico)  ha resultado fallido y está destinado a colapsar. 

La solución vuelve a estar en el origen.

De nuevo esa incomodidad silenciosa. Se nos sigue removiendo algo dentro cuando comprendemos que no basta con clasificar y confiar en que se recicle. Surgen más preguntas ahora, ¿y si algo de lo que yo he usado y tirado está en el estómago de un atún? ¿Y si aquella pajita que pedí en el bar este sábado, ha acabado en la isla del pacífico Norte? ¿dónde están los tres pares de guantes de látex que me ponía durante el estado de alarma? ¿y las mascarillas cada 8 horas? ¿y los tampax? ¿y los cepillos de dientes? … ¡STOP! Calma, que no cunda el pánico. 

Tanta información puede abrumar, surge el sentimiento de culpa y de preocupación pero eso es una buena señal, significa que te importa y qué estarías dispuesta a hacer algo para cambiarlo.

Si algo se saca en claro de lo expuesto aquí es que, reciclar no está siendo suficiente. Debemos exigir a las administraciones y empresas que hagan bien su trabajo, su labor, para lo que supuestamente están capacitadas y para lo que el dinero público va destinado. Como sabemos que esto es lento… Tenemos que abrir una vía de acción paralela.

¿No sería más lógico, fácil y barato comenzar por intentar generar menos residuos? 

Es simple: que te ofrecen una bolsa de plástico para llevar productos que te caben en el bolso o en la mano, dices: NO, GRACIAS. Que estas dudando en comprar en el super 6 mini bricks de zumo o uno de 1 Litro. Coge el de 1 litro, si los recipientes ya están en tu cocina. Encuentra lo inútil de comprar una bolsa de magdalenas, cada magdalena en su minibolsa: ABSURDO. 

Tenemos infinidad de propuestas facilísimas para ti. Queremos justamente eso, que te apetezca cambiar por el bien del planeta, por el bien de todas. Te presentamos la campaña NO RECICLES. Una iniciativa que persigue cambiar tus hábitos de consumo y de generación de residuos, para que luego puedas quitarte los “ruedines” e ir tú sola cambiando el mundo.

La idea es sencilla: REDES SOCIALES+DIFUSIÓN+VOLUNTAD DE CAMBIAR EL MUNDO

Cada semana, desde nuestro perfil, lanzaremos una temática diferente en la que os explicaremos los retos que debéis superar para obtener las recompensas semanales. Cada semana un reto y cada semana una recompensa, ¡es fácil!

¡Estad atentas a nuestras redes, @sersostenible @atabalser y SER + Sostenible. Fundación Atabal, ¡que arrancamos pronto!

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